Es fácil enredarse en trabajo y asuntos personales sin darse cuenta de que estás estresado, ¡estás demasiado estresado como para darte cuenta! Una rutina que incorpore relajación puede ayudarte a aumentar tus niveles de energía, mejorar tu productividad, mejorar tu humor y, en general, hacer que seas una persona más agradable con la que estar. La parte más difícil es designar un tiempo al día para relajarte. ¡Adelante! cierra el portátil y respira profundamente.
Dedícate tiempo
Programar descansos en tu día a día es verdaderamente importante, trátalos como si de reuniones se tratarse y no te deshagas de ellos. Cuando te tomes un descanso, deja de pensar en lo que estabas haciendo o en lo que tienes que hacer. Aprende a separar las cosas. Cuando estés trabajando, céntrate en una sola cosa a la vez y cuando estés relajándote? Piensa en cosas que te hagan sentir feliz y en paz.
Apaga todo
De vez en cuando, busca todos tus aparatos electrónicos y apágalos. Es verdad que no podemos apagar el mundo; ni si quiera pararlo un poco. Lo que podemos hacer es cortar temporalmente nuestra conexión con él. Aunque sea durante unos minutos, apagar aparatos como la radio, la televisión, el ordenador o el teléfono puede hacer que tu entorno sea mucho más relajado y claro.
Siéntate recto y respira profundamente
La respiración es una necesidad básica para sobrevivir. No debería sorprender a nadie el hecho de que respirar correctamente puede mejorar realmente el bienestar personal. Puede calmarte, corregir desequilibrios y, en general, mejorar todos tus procesos biológicos. Sentarse recto permite respirar profunda y controladamente, de manera relajada. Permite que entre más oxígeno a los pulmones y, por tanto, a la corriente sanguínea y al cerebro. Tu cerebro funciona mejor cuanto más oxígeno tenga.
Échate una siesta
Puede parecer una manera obvia de relajarse y recuperarse, pero la mayoría de nosotros no lo hace. Incluso si solo tienes un máximo de 15 a 20 minutos para dedicarte, no te la saltes si tu cuerpo lo necesita. Transcurridos unos minutos mientras se pasa el estado de aturdimiento, esos 15 minutos de descanso te aportarán un buen aporte de energía que te recargará las pilas. Por supuesto, más importante que esto es dormir bien por la noche. Echarse la siesta no puede sustituir nunca la privación voluntaria de sueño.
Escucha algo relajado
Ya sea música ambiente, cantos de monjes en el Himalaya, las olas del mar o un saxo que toca jazz, encuentra lo que te relaja y escúchalo. Esto puede ayudar realmente a relajarte, reducir tu ritmo cardiaco y calmar tus nervios.
Encuentra lo que te hace feliz
…y hazlo a menudo! Estudios han demostrado que realizar más a menudo las actividades que nos gustan nos relaja y reduce el estrés. Permitirte sonar despierto, hacer cosas entretenidas o simplemente descansar te hará considerablemente más feliz. Utilizar parte de tu tiempo de esta manera te hace también más creativo, innovador, motivado y apasionado con lo que haces. Tocar el piano, correr ; cocinar o limpiar la mesita del café; sea lo que sea lo que te haga sentir calmado y positivo.