El contar con finanzas sanas, es un estilo de vida, es decir es un conjunto de hábitos que vas construyendo día a día, lo cual supone esfuerzo.
Es necesario esforzarse para tener la economía deseada, para no contraer deudas malas y para tener un hábito de ahorro efectivo.
Pero, ¿Cuándo se pone en riesgo todos estos propósitos? Cuando seguimos arrastrando los viejos hábitos y malas costumbres que no permiten que haya un desarrollo financiero.
Ante está problemática, hemos identificado los hábitos más comunes que seguramente no estabas considerando, pero que debes dejar ¡ya!
Sales a celebrar el día que te depositan
Después de haber estado a las justas, llega el día esperado, el día que hacen el depósito del sueldo, y en lugar de planificar los gastos del mes, lo primero que se hace es salir a celebrar con amigos, lo cual no está mal, si es que esta salida ya hubiese sido planificada y contaras con el dinero necesario.
Es en estos momentos cuando uno no se da cuenta de cuánto se gasta y tienes que separar el dinero para los gastos de la casa. Es ahí cuando te das cuenta que gastaste más de lo que debías.
Salir de compras compulsivas
Ir de compras, no puede ser algo que se te ocurra de último momento, porque de lo contrario comprarás muchas cosas que no necesitas. Hay muchas cosas que a uno le pueden gustar, pero es importante identificar si realmente es necesario que haga ese gasto. Este mal hábito es uno de los más comunes y de los que más se tiene que tener cuidado.
Ir a comer como rey
A veces no somos concientes de la cantidad de dinero que gastamos saliendo a comer. Lo mejor que puedes hacer es llevar tu lonchera al trabajo, de manera que puedas optimizar tus gastos. Por otro lado está el ir a restaurantes a comer con los amigos, cuando toca pagar la cuenta, podrás notar que el monto pagado pudo haber sido usado en algo con mayor beneficio.
Ahorrar lo que te sobra, si es que te sobra
Si no hay para el ahorro, no hay problema, el próximo mes será. Es así como piensas y lo malo está en que así vas de mes en mes. No guardas tu dinero, no tienes un ahorro y si se presenta una emergencia no tienes cómo cubrir esos gastos. Quítale el hábito de ahorrar solo cuando te sobra y empieza a hacerlo de manera permanente, como prioridad. Verás que cuando menos lo pienses ya tendrás un dinero que podrás invertir.